19 de mayo de 2014

Viajando a Fuerteventura

Llevo ya más de un mes sin pasarme por el blog.
En este tiempo han pasado varias cosas en casa. La principal y como parte de nuestra rutina, es que vamos a tope, con el trabajo, los niños.., poco tiempo libre.
Así que hemos decidido hacer un pequeño parón y nos hemos ido a Fuerteventura. Mi hermano lleva un tiempo viviendo allí, así que hemos aprovechado para pasar unos días con él y darnos un pequeño respiro.

Para los niños ha sido su primera vez en la isla, no para Edu y para mi, aunque no conocíamos prácticamente nada. El resultado; un viaje totalmente recomendable para ir solos, con amigos o con niños. La isla tiene rincones para todo. Es una isla con mucho viento y eso la convierte en el paraíso del surf en todas sus versiones. Pero también es posible encontrar rincones protegidos del fuerte viento y paisajes extraordinarios de los que disfrutar.
El clima excepcional; sol asegurado, buenas temperaturas y un poco más fresquito por la noche para dormir plácidamente.

Los niños han disfrutado mucho con su pequeño verano y por supuesto nosotros también. 
Hemos descubierto una isla a la que seguro, seguro, volveremos.

Teniendo como punto de partida Corralejo, donde hemos dormido todas las noches, hemos visitado sitios como Cotillo, al norte de la isla, donde se mezclan arenas blancas y oscuras y donde Marçal se dio su primer baño rodeado de surfers.










De vuelta a Corralejo desde Cotillo pasamos por Los Lagos con aguas cristalinas y tranquilas de las que disfrutar con la marea baja.






En el sur visitamos Jandia, con playas de arena blanca y extensión enorme por efectos de la marea con vientos fuertes.





También en el sur pasamos por Morro Jable, una zona más turística y con playas protegidas del viento del norte, donde disfrutamos de un día de sol de auténtico verano, hasta yo me metí en el agua!




Y ya puestos a hacer kilómetros llegamos al mirador de Cofete, donde hay uno de los paisajes más impresionantes de la isla, con caminos de piedras y algunas historias detrás muy interesantes.


Y por supuesto no podíamos dejar de visitar las dunas. Los niños se lo pasaron en grande subiendo y bajando.





Lo bueno del viaje ha sido ir a todas partes con mi hermano que ya se conoce la isla y nos ha enseñado rincones y caminos por los que tal vez no se nos hubiera ocurrido pasar y por supuesto disfrutar de él que no lo veremos hasta julio.

Solo un par de fotos más (la selección ha sido muuuuy difícil) donde se refleja lo bien que lo pasamos y lo maravillosa y recomendable que es la isla.

Besitos!!